Soy la nube gris en mi propio camino, soy sombra, soy polvo, soy tierra muerta.
Un piano desafinado y una carta sin destinatario.
No sé si tengo el corazón roto, quizás es que no me permito tenerlo así.
Un beso en la mejilla, otro en la esquina de tu boca y la mía. Un roce intencionado. Un suspiro ahogado.
Aquí vamos otra vez.
Gritos, golpes, música triste.
Tú eras la letra que le daba sentido a mi melodía. A mi sonido retorcido.
Vete de a poco, y cuando te marches, cierra definitivamente la puerta.
Así puedo yo también cerrar el ciclo.