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miércoles, 13 de noviembre de 2019

Sobre las comparaciones.

Me gustaría empezar diciendo que muchas cosas y situaciones no son lo que yo quiero que sean. 
Llevo un año y medio preocupándome excesivamente por momentos que no puedo controlar y es una tontería, porque el sufrimiento es enorme pero las soluciones son concretas, puedo ver las respuestas con facilidad y aún así elijo frustrarme a cada instante. 
No pretendo escribir con sentido porque no me siento lógica en este momento. Y está bien. Está muy bien reconocer mis emociones, está bien habitar el enojo un rato, habitar la desesperación, la ansiedad. Solamente que, quisiera hallarle esperanza a mi vida continuamente, abandonar las incertidumbres y las inseguridades que tanto me lastiman. 

Está bien sentirse indefenso, sentir que hay cosas, personas, ideas más grandes que uno. Pero, ¿todo el tiempo? Qué mierda. Literal. 

Quiero dejar de compararme con la persona a mi lado, y con las que están arriba, abajo, al frente. Quiero dejar de medirme todo el tiempo. Estoy siendo cruel conmigo y no me gusta. 

Por favor, que esto se me quite de encima. Del corazón, de la mente. 
Mis padres me dicen que soy única y eso trato de creer todos los días. No quiero que sea mentira.